ElCapitalista007

lunes, 1 de octubre de 2007

Torres: Mejor Bodega Europea del Año

En esta ocasión, el premio a la mejor bodega Europea del año ha sido para Bodegas Torres, reconociendo de esta manera su magnífica labor en la indústria del vino y de los espirituosos. Wine Enthusiast distingue a esta bodega por su esfuerzo global, y dar a conocer al mundo el placer por el vino español.Este galardón fue obtenido en ediciones anteriores por bodegas de prestigio como Louis Roederer y Château Mouton Rothschild de Francia, Masi de Italia o Taylor & Fonseca de Portugal.

Además de este premio, Wine Enthusiast también ha ofrecido premios dentro de otras nueve categorías:
Personaje Vinícola del Año: David Pickens y Olive Garden Wine Team
Bodega Americana del Año: Harlan Estate
Bodega del Nuevo Mundo del Año: Clarendon Hills, Australia
Bodeguero del Año: Olivier Humbrecht, domaine Zind-Humbrecht, Francia
Importador del Año: Moet Henessy USA
Destileria del Año: Buffalo Trace Distillery, Kentucky
Distribuidor del Año: Beverages & More, California
Región vitivinícola del Año: Alexander Valley, Sonoma, California
Premio a los éxitos de una vida dedicada al vino: Jess Jackson

La entrega de premios tuvo lugar en el transcurso de una ceremonia que se celebró en la New York Public Library el pasado 29 de Enero, 2007.

Más información en la web de Wine Enthusiast

BODEGAS TORRES

El apellido Torres está ligado al vino desde hace más de tres siglos, cuando nuestros antepasados se asentaron en el Penedès, tierra vinícola desde época fenicia.
Nuestra familia se dedicó al cultivo de sus tierras, trasmitiendo su entrega de generación en generación.Pasaron algunos años hasta que empezamos a comercializar nuestros vinos. Fue en 1800, cuando se inició nuestra actividad comercial, con un carro tirado por caballos que transportaba el vino en barriles de madera.

Fue al regreso de Jaime Torres Vendrell de Cuba, cuando la familia Torres comenzó su expansión nacional e internacional. Jaime Torres, llegó con la idea de exportar los vinos de Cataluña a Cuba, Argentina y Puerto Rico.

En 1870 Jaime y Miguel Torres Vendrell forman, junto a su padre, la sociedad Torres y CIA y se inicia la construcción de la primera bodega en Vilafranca del Penedès.

Nuestros vinos ganaron gran prestigio allá donde los intrépidos capitanes de Sitges y Vilanova los transportaban. Cartagena de Indias, Santiago de Cuba, Veracruz, Bremen, Hamburgo y San Petesburgo eran algunos de sus destinos. Obtuvieron premios y menciones honoríficas en Viena, Filadelfia y París.

El espíritu inquieto de la familia Torres hizo que no sólo se dedicasen a la elaboración de vinos, desde sus principios la destilación de brandies tuvo un papel importante; Juan Torres Casals fue el gran impulsor del brandy hacia 1928.

A la tenacidad y espíritu de riesgo de Miguel Torres Carbó se debe la expansión de Torres en el mundo. Siempre recordó sus comienzos, con sus botellas en la mano vendiéndolas a los mejores restaurantes y comercios de la época.

La Guerra Civil provocó una gran crisis. En 1939 fue bombardeada nuestra bodega, pero con el esfuerzo de Miguel Torres Carbó y la ayuda de Doña Margarita, su esposa, fue reconstruida.

Sucesores de Miguel Torres Carbó
A partir de entonces, los avances de Torres en el mundo han continuado creciendo y asentándose. En 1979 se abrió la bodega del Valle Central de Chile (Curicó); allí se elabora una gran variedad de nuestros vinos en privilegiadas tierras sin filoxera, ya que el país entero está libre de ella.

Marimar Torres es la gran presencia de Torres en California. Ella es la artífice de vinos tan elegantes como sus Chardonnay y Pinot Noir. Estos vinos crecen en un viñedo de la Denominación de Origen de Sonoma Country, Russian River /Green Valley.

Nuestra familia, generación tras generación, ha ido transmitiendo el secreto de la elaboración de sus grandes vinos y el amor a su tierra. Esta tradición, y su visión de futuro, han convertido a Torres en una gran empresa exportadora que, en la actualidad, llega a más de 130 países.

LINK: http://www.torres.es/esp/asp/ct.asp

martes, 4 de septiembre de 2007

Grandes Reportajes-JORGE ORDÓÑEZ: SOY UN IMPORTADOR QUE ME REMANGO

Ha llevado los nombres más importantes del vino español a Estados Unidos. Y lo suyo le ha costado. Ahora que está en la cima, lo único que pide a las bodegas con las que trabaja es la máxima calidad, un año tras otro y sin descanso.Por amor cambió el cálido clima de Málaga por las gélidas temperaturas de Boston y la sonrisa abierta por la cultura puritana de Nueva Inglaterra. Puesto a hacer lo que mejor sabía, quiso trasladar la experiencia de la distribuidora familiar y abrir caminos al vino español, pero se dio de bruces con la caída del dólar y la mala imagen de nuestro vino ­sinónimo de barato a finales de los ochenta­. Vivió episodios casi de cine negro con algún cliente que se negó a pagarle e incluso a devolverle la mercancía y se pateó Nueva York con un carro de la compra cargado de muestras.Tanto esfuerzo se vio recompensado, aunque más bien tarde ­«Nadie puede aguantar lo que he aguantado yo sin ganar un duro», asegura Ordóñez­ y hoy puede considerarse pionero de casi todo en Estados Unidos: «Introduje el primer albariño... fui el primero que empezó a traer clientes americanos a España...». Tiene 45 años, va directo al grano y tiene claro que «en el mercado americano, las 50.000 cajas hay que sudarlas».

GP Magazine: ¿Qué le diferencia de otros importadores de vinos españoles en Estados Unidos?

Jorge Ordóñez: El hecho de ser uno de los pioneros, capaz de ver las posibilidades del mercado y creer en el vino español. Además, probablemente, soy el más estricto en el control de calidad de los vinos que importo. Mientras otros centran el esfuerzo en el marketing, yo lo hago en la calidad original del producto. Gastamos cantidades importantes en el análisis de vinos y presto una gran atención al transporte y almacenaje: todo va refrigerado. Soy un corredor de fondo y no de sprint. En estos años no he dado el pelotazo en nada.

GPM: ¿Cómo es el consumidor americano?

JO: Es consumista y, por tanto, no es fiel a la marca sino a sí mismo. Cambia y prueba cosas nuevas y siempre está expuesto a muchos productos. Tiene un paladar muy exigente dentro de su perfil.

GPM: ¿Cuál es el secreto para vender en Estados Unidos?

JO: Lo más importante es el control de calidad del producto importado y su consistencia en el tiempo. La revolución del vino español ha sido muy rápida en los últimos 15 años, pero el éxito no se ha conseguido tan fácilmente debido a los altibajos de calidad por parte del sector.

GPM: ¿Cuál es su papel frente a las bodegas de las que importa vinos?

JO: Meto la nariz en muchos proyectos y meto mucha mano en los vinos. De hecho, hago el cupaje del 50% de los productos que exporto a Estados Unidos.

GPM: ¿Se le podría considerar en este sentido un importador-asesor?

JO: No, pero sí soy un importador que se remanga. En todos estos años, ninguna de las bodegas que represento me llamó a mí primero. Si veo que hay que hacer algún cambio en el vino, no para que le guste a Robert Parker, sino para que me guste a mí y encaje mejor dentro del mercado, lo recomiendo. Puedo sugerir, por ejemplo, que se haga una maceración pelicular o que se cambie la temperatura de fermentación.

GPM: ¿Es cierto que para que un vino tenga éxito en Estados Unidos debe pasar por el paladar y la aprobación de Robert Parker?

JO: El estilo de vino que gusta en Estados Unidos es el que marcaron los bodegueros de California: vinos bastante mediterráneos por las condiciones climáticas de la zona y que se pueden beber desde su salida al mercado. En el caso de los buenos, por su estructura y alta graduación, y contrariamente a lo que pudiera parecer, duran bastante en el tiempo. Creo que el éxito de Parker consiste en identificar este paladar americano. En lugar de imponer su gusto en el mercado, se pone del lado del consumidor y le dice los vinos que le van a gustar. Año tras año acierta y de ahí su fama y su éxito.

GPM: ¿Pero su gran influencia mundial no lleva a una homogeneización general de los vinos?

JO: Si la influencia de Parker es mundial, será porque refleja no sólo el gusto de los americanos, sino el de consumidores de todo el mundo. El mercado está cambiando, pero el copiarse unos a otro es una práctica ancestral. El consumidor internacional, y también el español, ya no quiere vinos de guarda si no tiene las condiciones adecuadas para ello. El consumidor moderno quiere vinos para disfrutar ya.

GPM: Usted cata dos veces al año con Parker. ¿Qué opinión cree que le merecen nuestro vinos?

JO: Creo que cada vez está más enamorado de los vinos españoles. Ha presenciado en vivo y en directo la revolución del vino español. Tiene colaboradores para catar Italia y Borgoña, pero el hecho de que él siga catándose toda España demuestra el respeto que tiene por el vino español. Está enamorado de la tempranillo y la garnacha.

GPM: ¿Cuál es la lista de "favoritos" españoles de Jorge Ordoñez?

JO: No puedo decirlo.

GPM: ¿Cómo lo tenemos frente a otros competidores en Estados Unidos?

JO: Quitando a Portugal, no hay países con mucho más futuro que España. Soy bastante patriota en este sentido. Yo estoy vendiendo garnacha, tempranillo, godello, albariño... Y esto es mucho más divertido.

GPM: Parece que el sueño americano sí existe para Jorge Ordóñez.

JO: Como buen mediterráneo, creo que el éxito no consiste en tener éxito sino en saber digerirlo. Mi sueño no ha sido nunca el de ganar pasta a la americana, sino hacer lo que me gusta.



¿Qué es un vino de autor?

En algunas ocasiones hemos podido escuchar que se habla de vino de autor, éste es el que ha sido producido y personalizado por quien lo ha elaborado, el enólogo. Las pautas que han regido en su elaboración son el gusto y el criterio de su autor.Los vinos de autor nos proporcionan una expresión plena de las características del varietal seleccionado, la incidencia del clima y el terruño donde se aloja la vid. Un vino de autor no es comparable al que un enólogo produce en una bodega, este vino se elabora en pequeñas partidas para garantizar un control exhaustivo y la máxima calidad.

También refleja en cierto modo la personalidad del enólogo que lo ha elaborado, nos muestra el buen hacer y la profesionalidad, nos brinda lo mejor de sí mismo de su experiencia profesional para satisfacer plenamente nuestro paladar.

Esta podría ser la parte positiva de lo que representa el vino de autor, también hay que indicar que algunos enólogos reconocidos utilizan su nombre para elaborar vinos que a nuestro juicio no expresan lo que realmente debieran. En cambio, pequeñas bodegas con enólogos poco conocidos, en su lucha constante por mejorar, están acortando terreno con respecto a los catalogados maestros del vino y es que, no hay que dormirse en los laureles, para mantenerse arriba hay que seguir trabajando.
Una pequeña puntualización, en el mundo de los vinos, los llamados vinos baratos están mejorando mucho más y más rápidamente que los vinos caros, he ahí el trabajo de los enólogos desconocidos. Hemos probado algún vino de autor de nuestra comarca y casi podríamos decir que poco tienen que envidiar a los que pertenecen a los renombrados enólogos.

Escoger un vino de diario

A los aficionados al vino nos gusta nutrirnos de cultura enológica, probar grandes vinos y recordar aquellos que quizá por su precio no volveremos a tomar, la oferta es enorme y siempre deseamos encontrar un vino que añadir a nuestro aprendizaje.Pero también queremos que el vino forme parte de nuestra dieta diaria, tanto por placer como por los beneficios que nos aporta, y aquí se impone el principio de la realidad, no todo el mundo puede permitirse un gran vino para acompañar al menú diario.Es aquí donde la búsqueda de lo que podemos denominar nuestros vinos de diario, se convierte en un placer que nos ofrece la vida.

Un buen vino, si es caro, se reconoce fácilmente, nos lo muestran las guías, los anuncios, su precio, son fáciles de identificar. Si pagamos 200 € por una botella, nos proporcionará un placer al paladar y satisfacción. Pero si pagas 5 € por un vino y éste es bueno, el placer se convierte en una compensación más satisfactoria.
Pero escoger un vino bueno y económico, tiene sus normas, no vale perseguir ofertas de grandes superficies o aprovechar liquidaciones de stock dudosas. Hay grandes bodegas que tras muchos años de presencia en el mercado, han consolidado su marca. Su estrategia es la de no decepcionar nunca al cliente y para ello tienen vinos de gama baja con calidad y garantía.

A continuación debemos prestar atención a las bodegas medianas que se encuentren entre nuestras preferidas, seguramente tendrán un hermano pequeño para dar cabida en el mercado al producto de viñas jóvenes, que será un vino digno y del estilo del hermano mayor.

También hay que tener en cuenta las novedades que salen al mercado, que para poder ser introducidas con éxito, salen a precios más bajos y si tienen éxitos subirán de precio en el futuro, así que mientras tanto hay que disfrutarlos.
Cuando no se conoce un vino, lo mejor es dejarse aconsejar y comprar sólo una botella para probarla, y si nos gusta, podremos hacer acopio de algunas más. Pero no demasiadas, pues pueden ser buenos vinos en su juventud, que con el tiempo pierden.
No todos los días son fiesta, igual que los días especiales se celebran con manjares especiales, los vinos cumplen el mismo papel. Los pequeños placeres que nos ofrecen los vinos de diario, servirán para dar relevancia al gran vino que tomaremos de vez en cuando.


Efectos de la radiación sobre las variedades tempranillo y viura de La Rioja

Los profesionales del mundo enológico están muy al tanto de la influencia del cambio climático sobre las vides y los estudios científicos no dejan de desarrollarse.
Recientemente se publicó en la prestigiosa revista American Journal of Enology and Viticultura (AJEV) un estudio del equipo de Ecofisiología Vegetal de la Universidad de La Rioja sobre los efectos de la radiación ultravioleta (UV) en las variedades tempranillo y viura de su región.

Consta como el primer estudio de estas características sobre las variedades españolas. Para desarrollarlo, utilizaron filtros especiales que eliminaban la radiación UV-B de las vides y posteriormente midieron las variables y su capacidad de protección frente al exceso de radiación UV-B y radiación solar en general.

La conclusión del estudio fue que, aunque las dos variedades estudiadas estaban adaptadas a los actuales niveles de radicación UV-B, la tempranillo mostraba tener menos capacidad que la viura para protegerse de los rayos UV-B afectándole ligeramente, aún así, afirman que de momento la radiación no es una amenaza para la fotosíntesis de las mencionadas variedades.

Nos encantaría conocer cómo afecta a la variedad tempranillo la falta de producción de los compuestos adecuados para protegerse de la radiación, pero siendo estudios iniciales, deberemos esperar nuevas investigaciones que sean más concluyentes.


Bodegas chinas que aguan sus vinos

El consumidor está acostumbrado a asociar los productos chinos con una precaria calidad, la realidad es que algunos empresarios chinos han proporcionado una inmerecida fama al país oriental.En su afán de conquistar los mercados europeos ofreciendo precios irrisorios, han proporcionado gran cantidad de productos que no debieran haber sido adquiridos por los mercados europeos debido a la mala calidad y la falta de normas de seguridad que presentaban.

Ahora otra nueva noticia nos abre los ojos de por qué no hay que fiarse de los productos chinos, al parecer, se han descubierto numerosas bodegas chinas que aguan sus vinos para lograr precios más competitivos. Ni que decir tiene, que esperamos encarecidamente que no se adquiera, por parte de ningún empresario español, ninguno de los vinos que en aquel país elaboran bodegueros sin escrúpulos, salvo previo análisis de la composición.

Es increíble, llevan cuatro días en el mercado enológico y ya recurren a prácticas que debieran estar seriamente penalizadas por la comunidad enológica vetando los vinos de las bodegas que recurran a este tipo de prácticas. Como en todos los lugares, seguramente podremos encontrar bodegas chinas serias y responsables cuyo único deseo es ofrecer calidad con sus buenos vinos.

También hay que decir, que al menos el Gobierno chino busca ofrecer garantía de calidad, ya que ha sido la televisión pública de aquel país la que ha denunciado este hecho. El análisis que realizaba la cadena televisiva CCTV (Chinese Central Televisión), indicaba que de una botella de vino, sólo podría llamarse vino a la botella, ya que el contenido estaba compuesto por diversos aditivos, colorantes, agua y “con un poco de suerte, algo de vino de verdad, también mencionan que incluso, en algunos casos, el consumidor bebía exclusivamente agua.

El “vino” en cuestión se comercializaba a 10 o 20 céntimos de euro, un 90% más barato que el resto de vinos que puedan comercializarse en China, este hecho motivó la sospecha de la cadena televisiva, ya que no se dan duros a cuatro pesetas.

Este hecho no hace sino engrosar la creencia popular sobre los productos chinos, pésimos y de mala calidad, y la pena es que no siempre es así.